Anosmia o pérdida de olfato

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Anosmia o pérdida de olfato. Durante el estallido de la pandemia del COVID-19 la pérdida del olfato cobró especial importancia por ser uno de los síntomas de la enfermedad. Sin embargo, el sentido del olfato siempre ha cumplido un objetivo fundamental avisándonos de potenciales peligros como la presencia de humo o gas, o de la comida en mal estado.

Marbella 27 de febrero 2023.– Hoy, 27 de febrero, celebramos el Día Mundial de la concienciación sobre la Anosmia. La anosmia supone la pérdida del sentido del olfato y normalmente va asociada a una disminución del sentido del gusto, ya que ambos sentidos están muy relacionados. Es decir, que además de dejar de percibir los olores de forma normal, también perdemos la capacidad de saborear los alimentos de forma correcta. El sentido del olfato puede determinar nuestros gustos por la comida y regular nuestro apetito.

La anosmia puede ser total o parcial, en este segundo caso se denomina hiposmia. Asimismo, puede ser permanente o temporal, en función de su origen.

Causas de la pérdida de olfato o Anosmia

Las causas de la pérdida del olfato pueden ser variadas y, habitualmente, se establece la diferencia entre nasales y generales:

Las nasales se deben a una obstrucción nasal cuyo origen puede estar en un resfriado, la presencia de pólipos nasales (crecimiento benigno de tejido dentro de la nariz), sinusitis o alergia. Los tumores malignos suelen ser una causa de anosmia infrecuente.

Las causas generales se pueden deber a un daño cerebral o del sistema nervioso, originados por enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson. También a la exposición a químicos, la diabetes o infecciones virales como el Covid, …

Asimismo, como en el caso de otros sentidos, el envejecimiento lleva asociado una pérdida de la capacidad olfativa, se calcula que la incidencia en los mayores de 65 años es de un 20-30% y en los de más de 80 años puede llegar a un 75%.

Anosmia o pérdida de olfato

En cuanto al tratamiento, por lo general, cuando se ha tratado el problema subyacente, el sentido del olfato se restaura. Por ejemplo, si el origen está en una alergia, los antihistamínicos o los sprays nasales ayudan a conseguirlo, de la misma manera que la cirugía para los pólipos o los antibióticos y los sprays para infecciones de los senos nasales.

En ocasiones, la anosmia no necesita de tratamiento y se resuelve de forma espontánea, como sería el caso en una gripe o un resfriado. Pero por desgracia, en otras, puede ser permanente.

Si el problema no se resuelve entre uno o dos meses, el paciente debe consultar con el especialista para descartar enfermedades más graves. El otorrinolaringólogo establecerá la historia clínica del paciente y, si así lo considerase necesario, podrá prescribir una serie de pruebas diagnósticas como una endoscopia nasal o pruebas de imagen. Así podrá determinar el origen de la anosmia y valorar las opciones terapéuticas.

Dr. Sandro Chiti Batelli
Otorrinolaringólogo, especialista en Rinología y Rinoplastia estética y funcional en HC Marbella International Hospital

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