05 Mar El ejercicio físico mejora la calidad de vida de los pacientes con cáncer
El ejercicio físico mejora la calidad de vida de los pacientes con cáncer. Los pacientes que realizan ejercicio físico antes, durante y después de su tratamiento contra el cáncer tienen una ventaja a largo plazo en cuanto a la respuesta al mismo y en cuanto a la mejora de su calidad de vida.
Marbella 29 febrero 2024.- Los pacientes que realizan ejercicio físico antes, durante y después de su tratamiento contra el cáncer tienen una ventaja a largo plazo en cuanto a la respuesta al mismo y en cuanto a la mejora de su calidad de vida.
Lo demuestra la investigación clínica, que indica que el ejercicio físico aumenta la supervivencia y reduce los efectos secundarios de los tratamientos oncológicos.
En este sentido, un estudio realizado en más de 3.000 pacientes con cáncer de mama ha arrojado que entrenar un día a la semana ejercicio de fuerza reduce el riesgo de muerte de cualquier causa, hasta un 33%.
Según nos explica la Dra. Cristina Nuño, especialista en oncología radioterápica en HC Cáncer Center, “esto es así porque pasar mucho tiempo en reposo o de forma sedentaria aumenta el riesgo cardiovascular. Y realizar ejercicio físico mejora no solo los efectos secundarios como las náuseas, sino que también reduce el riesgo de que aparezcan otras enfermedades como la hipertensión, o el riesgo de que el cáncer regrese”.
Lo esencial, evitar la inactividad
Cuando hablamos de cáncer hablamos de un grupo muy diferente de enfermedades. Cada una de estas enfermedades se va a presentar en diferentes fases y además en pacientes que van a estar en un diferente estado de forma. Algunos pacientes realizarán actividad física, pero quizá no ejercicio físico.
Es importante incidir a los pacientes que no es lo mismo actividad física que ejercicio físico. “La actividad física es cualquier actividad que hace uno en su vida diaria como ir andando al trabajo; el ejercicio físico es aquella actividad pautada y repetitiva destinada a obtener un beneficio de salud que implica más intensidad para mejorar el funcionamiento del organismo”.
Antes del tratamiento, aumentar o mantener la actividad física habitual o seguir haciendo ejercicio ayudará a recuperarse posteriormente de forma más rápida. Durante el tratamiento el objetivo siempre será mantenerse lo más activos posible, “si hacíamos ejercicio, continuar haciéndolo aunque sea en una menor intensidad”. Si se trata de pacientes más inactivos, en principio estaría indicado iniciar actividades físicas de baja intensidad como salir a caminar.
”Claramente no podemos establecer unas pautas que valgan para todos. Pero nosotros como profesionales sí estamos formados para aconsejarles sobre qué ejercicios que les pueden venir bien según la fase de ese proceso”, concluye Nuño.
Siempre teniendo en cuanto el tipo y etapa de la enfermedad, el tratamiento y su acondicionamiento físico.
