ANTONIO BANDERAS BIZNAGA DE ORO HONORIFICA

Antonio Banderas se ha convertido en el último nombre propio (y, al mismo tiempo, el primero, dada su significación) en pasar por el escenario del Teatro Cervantes durante su gala de clausura, para recibir la Biznaga de Oro Honorífica del Festival de Málaga. El que es Presidente de Honor del certamen desde su origen ha visto reconocida su trayectoria a ambos lados de la cámara y del Atlántico, en una 20 edición marcada por ese diálogo en español entre ambas cinematografías, que se ha traducido en las otras dos Biznagas de Oro  concedidas a los mejores largometrajes de la sección oficial.

Acentuando su sabor malagueño, la gala ha contado además con la doblemente intérprete –cantante y también actriz– Diana Navarro, como maestra de ceremonias. Ella ha hecho un breve repaso a estos “nueve días de tomarle el pulso al sector audiovisual y de ver buen cine”, en un festival que ha llegado a este aniversario con una nueva idiosincrasia y “sin parecerse a ningún otro”. La cantante salió al escenario para presentar a “alguien que se deja la vida por Málaga y que se muere por volver”, ha dicho antes de cantar la famosa ranchera –de nuevo tendiendo un puente con Latinoamérica– y de fundirse en un sincero abrazo con su amigo Antonio Banderas. En ese momento, el Cervantes se ha puesto en pie para recibir a la Biznaga de Oro Honorífica de este 20 Festival de Málaga. Cine en Español.

“Había leído que el Festival estaba en deuda conmigo y no es verdad, todo lo que tiene hoy se lo ha ganado en estos 20 años”, ha comenzado diciendo el actor y director en su tierra, quien ha expresado que este galardón debe servir para consolidar su relación con el certamen: “Me congratulo de que se haya abierto este año a un mundo, el latinoamericano, tan cercano a mi carrera”, ha comentado, calificando este giro como “un acierto absoluto”. También ha tenido palabras de agradecimiento para la ciudad de Málaga, que “ha dejado de oler a ‘aftersun’ y empieza a oler a cultura de verdad”. Finalmente, y antes de recoger el premio de manos de su hermano –su “mejor amigo” – Chico Banderas, se ha referido a su reciente infarto, que ha revelado en la jornada de hoy: “Yo siempre he tirado de corazón y el 16 de enero me dijo que hasta aquí habíamos llegado. Pero el corazón no es una bomba de oxígeno como me dicen los cardiólogos, sino un almacén de emociones, y en esos días difíciles he visto a El Zorro, a Almodóvar, el Teatro Romano de Málaga… y entre sístole y diástole, está Málaga como mi Ítaca o mi Dulcinea. Y una idea quijotesca: la de que lo mejor está por venir”, ha concluido antes de recibir el abrazo de todo un Festival.