LORENZO CAPRILE

LORENZO CAPRILE

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Cuando las mujeres de la aristocracia española se van a vestir de novias, en primer lugar piensan en su diseñador favorito, Lorenzo Caprile. Modista, como a él le gusta que le llamen, de referencia en la moda nacional e internacional tiene el honor de ser el creador de los vestidos más importantes de la Princesa Doña Letizia y de las Infantas Doña Elena y Doña Cristina, a quien confeccionó su vestido nupcial con un diseño que posteriormente fue la inspiración de muchos trajes de novias. Pero su nombre, desde hace años, también está unido a la creación de vestuarios para teatro, danza y opera debido a su otra faceta de figurinista.
Por este motivo, Caprile estuvo en el Teatro Cervantes de Málaga para dar los últimos retoques a los vestidos de los montajes líricos de ‘Il segreto di Susana’, de Ermanno Wolf-Ferrari, y ‘La voix humaine’, de Francis Poulenc. Y tuvimos la oportunidad de conocerle personalmente y tener una animada conversación con él en el Marbella Club ya que participaba en la mesa redonda “La moda española, modelos empresariales de éxito” organizada por el CIM junto a la directora de marketing y comunicación del grupo DESIGUAL, Ana Cabanas y la presidenta del Fashion Business School, Covadonga O´Shea, moderados por María Eugenia Girón, asesora de grandes firmas de la industria del lujo y autora del libro “Secretos del Lujo”.

Su relación profesional con la Casa Real le ha hecho internacionalmente conocido. En nuestras retinas siempre estarán las tres creaciones más espectaculares de este artista tímido pero transparente, el traje nupcial de Doña Cristina, el vestido rojo que lució la Princesa Letizia en su presentación oficial ante la realeza europea en Dinamarca, y el de inspiración goyesca que lució la Infanta Elena en la boda de la Princesa de Suecia.
¿Que alegría recibirle en Marbella?
Y para mí estar en este lugar tan maravilloso. Recuerdo que la primera vez que vine fue hace muchos años para vestir a una novia que además era amiga y que me pidió que le diseñara su traje. Pero en este caso, ha sido por un motivo bien distinto. Al margen de la carrera que todos conocéis, tengo otra que es la de figurinista. En 2006 recibí en el Festival de Cine de Málaga la Biznaga de Plata, por el vestuario de ‘La dama boba’ y me hizo una gran ilusión. Normalmente suelo tener uno o dos espectáculos al año ya sea teatro, danza, opera y que pueda compaginar con el taller. Al fin y al cabo siempre es vestir a gente.
Tengo entendido que también es licenciado en Lengua y Literatura por la Universidad de Florencia, ¿Cómo fue ese salto al mundo de la moda?
Primero empezó mi vocación por el mundo del trapo y además desde muy jovencito. Mi formación como modista fue en el Fashion Institute of Technology de Nueva York y en el Politécnico Internacional de la Moda de Florencia. Cuando ya estaba trabajando en Italia para importantes firmas de la moda, decidí matricularme en Lengua y Literatura, por eso mi licenciatura fue en Florencia. Regresé a Madrid y abrí mi taller en 1993 de una forma casual. Quería coger un año sabático pero mi amiga Carla Royo-Villanova se casaba y me pidió que le ayudara en el traje de novia.
¿Y desde entonces continúa especializándose en trajes de novia y ceremonia?
Si, es otro mundo. Me gusta mucho lo que hago, la vida de taller, el traje a medida, conocer a tu clienta. Personalizar y tener un trato más cercano y el camino natural te lleva al traje de novia porque hoy en día es el único traje que una mujer se encarga en su vida a medida. Me gusta la parte artesanal de este negocio. Cuando estuve en Italia trabajé en el mundo del pret a porter para el mayor fabricante del mundo, es decir, la otra cara de la moneda y no me gustaba porque son unos ritmos muy acelerados.

¿Significará una gran responsabilidad para usted vestir a una mujer con el traje más importante de su vida?
Cuando una mujer viene a mi taller, lo más importante es que se produzca eso que se llama química. Ya sea en mi profesión o en otra, siempre que haya alguien que encarga algo a otra persona que pone su profesión al servicio de ese deseo, o se produce la química mágica o sino es muy difícil. Por otra parte, hay que tener en cuenta algo muy importante para acertar con la elección de un vestido de novia. ¿Y sabes que es? pues muy sencillo, que la novia esté enamorada de verdad. Me molesta enormemente que últimamente haya tanta tontería y que haya niñas que se casan como si fuesen a coger el metro. No sé si es que lo hacen por la fiesta, por el traje o porqué. Y eso lo noto a los dos minutos.
¿Como se llega a la elegancia?
Para mi elegancia es sinónimo de inteligencia y pienso que una mujer llega a ella siendo sincera consigo misma, conociéndose muy bien, no dejándose deslumbrar por la moda y por las tendencias que en muchas ocasiones nada tiene que ver con lo que le favorece. La moda tiene que ver mayormente con la mercadotecnia, que estéis comprando constantemente y cambiando el fondo de armario y nada que ver ni con lo que os sienta bien ni favorece. La mujer debe saber donde tiene sus puntos fuertes y los débiles y poco a poco debe ir creando su estilo. Coherencia, inteligencia y mucha sinceridad, aunque sea muy duro.

Se le considera un privilegiado al mantener una estrecha relación profesional con la Casa Real. Ha vestido a las Infantas, a la Princesa ¿y a la Reina?
No, a la Reina todavía no. Doña Sofía me impone mucho. Sobre lo que mencionas, lo único que puedo decirte es que son personas maravillosas y no te puedo decir más porque nunca contesto a estas preguntas.
¿No nos puede dar ningún detalle?
No te voy a contestar a eso, hay que ver ¡con lo bien que me estas cayendo! Solo puedo indicarte que el proceso de trabajo es mucho más natural de lo que la gente imagina. La primera clienta fue la Infanta Doña Cristina, luego la Infanta Doña Elena y por último la Princesa Letizia. La química con Doña Cristina y Doña Letizia funcionó muy bien desde el principio. Tanto en el vestido de novia de la Infanta con su famoso diseño de cuello tan criticado en el año 1997 y que después todas las novias lucían en sus vestidos, como en el famoso traje rojo que lució Doña Letizia en la recepción con motivo del enlace real de los Reyes de Dinamarca. En cuanto al escote tan espectacular del citado vestido se debió a que tuve que diseñar en función de unas joyas tan espectaculares como eran los dos broches de la Reina Doña Sofía de finales de los 30. Al estudiar los figurines de aquellos años me encontraba siempre con escotes muy cuadrados. Con lo cual estaba totalmente fundamentado.

¿Ha conseguido hacer todo lo que le gusta?
Casi lo he conseguido. Siempre hay esa punta de insatisfacción que te obliga a seguir adelante. De momento voy a continuar en este mundo de la moda y a este ritmo que actualmente tengo en mi taller y, como decía al inicio, permitiéndome de vez en cuando crear el vestuario de algún espectáculo que me saca de la rutina.
Por cierto ¿que opina de las grandes cadenas de moda?
Soy un defensor a ultranza de ellas, porque además cuanto mejor les vaya a las grandes cadenas más éxito voy a tener yo. Debido a la saturación y a la uniformidad siempre habrá esos momentos especiales para tener algo único, algo propio.
¿Si tuviera que diseñar una colección inspirada en Marbella, como sería?
Basada en el estilo de vestir de esta ciudad que me recuerda mucho al que veo en la Costa Azul o en Los Ángeles. Si tuviese que realizar una colección inspirándome en Marbella, utilizaría colores muy brillantes, los que favorecen cuando una mujer está muy morena, además de estampados grandes, flores, bordados, un estilo a lo que hace Roberto Cavalli para que te hagas una idea.

Jacqueline Campos

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