03 Mar MARIA MORENO SALAMANCA
María Moreno Salamanca, es hija de dos personajes muy queridos y relevantes de la ciudad de Marbella, Teresita de Salamanca y Pepe Moreno (Vizcondes de Portocarrero). Ha vivido prácticamente toda su vida entre Madrid y Marbella, donde reside definitivamente desde hace varios años y está casada con William Claeyssens. Elegante, perfeccionista y con un talento natural más que demostrado, María jamás pasa inadvertida y se ha convertido en una de las artistas más solicitada del momento. Cuando llegas a alguna casa o local y ves un trampantojo, retrato o cuadro que haya pintado, te das cuenta enseguida que es obra suya gracias a los tonos suaves y trazos seguros.
¿Cuándo y por qué se convierte en pintora?
Empecé a pintar en serio por el año 1986, en la escuela de restauración del Palacio San Mateo en Madrid, que era de unos amigos. Ahí¬ me dejaron un cuarto y todos los alumnos de la escuela de restauración comenzaron a encargarme retratos de familiares y mascotas y al cabo de un tiempo me di cuenta que habí¬a realizado más de cien retratos. Más adelante me asocié con mi amiga Belén Fagalde y creamos en Madrid un taller de pintura decorativa, llamado Artelier. Y en cuanto a por qué me convertí en pintora, no habí¬a nada que me gustase más que pintar y el hecho de darme cuenta de que podía vivir muy bien haciendo lo que más me gusta fue lo que me empujó a dar el salto.
¿Que es para usted el arte?
El arte para mi lo es todo. La pintura, la música, la escritura, la arquitectura,…y por supuesto el arte de saber vivir bien.
¿Cómo es su proceso de creación? ¿Le produce placer, esfuerzo…?
Para los retratos necesito mi buena música y estar sola, ya que el proceso requiere mucha concentración y por eso suelo realizarlos tranquilamente en mi estudio de casa. Hay que observar bien a la persona a la que se va a pintar y sacar su belleza y naturalidad. Si se trata de un mural o de una obra de mi colección, normalmente lo llevo a cabo en mi taller. Este tipo de pintura me resulta muy satisfactoria de realizar y en cuanto empiezo me dejo llevar por mi imaginación.
¿Vive de su trabajo artístico?
Sí¬. Como te comentaba antes, cuando me di cuenta de que podí¬a vivir muy bien haciendo lo que más me gusta fue lo que me hizo convertirme en artista profesional.
¿Cuales son los maestros de la pintura con los que se siente más identificada?
Personalmente admiro a artistas de la talla de Monet, Sorolla, Rubens, Velázquez o Rockwell. Pero he de decir que el que más me ha influenciado es Claudio Bravo, que cuando mis hermanas y yo éramos pequeñas solíamos hacer de modelos para él y observándole aprendí mucho. Permanecía horas mirándole pintar. También me influenció el artista Eduardo Ruiz, un gran pintor, que fue el que me inició en los murales.
¿Podríamos decir que los recuerdos explican su obra?
En parte, pero no esencialmente.
¿Qué es lo que más le atrae de los retratos?
Que todo el mundo tiene algo que decir, ya sea con la mirada o con un gesto, una sonrisa! Y me divierte que dentro de un tiempo futuras generaciones puedan ver retratados a sus padres, abuelos,…
¿Tiene en la actualidad algún punto de referencia importante?
Mi punto de referencia es estar al dí¬a y aprender constantemente.
Cuando los cuadros están terminados y listos para ser expuestos, ¿siente interés por la trascendencia de sus retratos?
Claro, es mi creación; son como hijos.
¿Cómo es su relación con la ciudad que le ha visto crecer?
Maravillosa, entrañable. Estoy en casa.
¿Cómo retrataría su Marbella ideal?
Más desarrollada culturalmente. Con buenas galerí¬as, estilo Polígono Gallery, lugares de música en vivo, un cine con pelí¬culas más independientes y una universidad de arte, que atrajese a nuevos y jóvenes artistas. Tenemos el mejor clima de toda Europa y una preciosa ciudad, solo le falta abrirse al arte. Serí¬a fantástico poder ver músicos y pintores por las calles de nuestro querido casco antiguo!
Agradecimiento especial a Claudia Alvarado.
Jacqueline Campos
